Tras fijar
la fecha del día B, llega el momento
de dedicar parte de vuestro tiempo y esfuerzo a una de las tareas que más
quebraderos de cabeza da a todas las parejas.
3.
Elaborar la lista de invitados
Antes
de comenzar a pensar cómo os gustaría que fueran vuestras invitaciones de boda,
en primer lugar tenéis que decidir quiénes serán los receptores de las
mismas.
El
primer paso es hablar con vuestra pareja sobre el número aproximado que tenéis
en mente para tratar de ajustarlo lo máximo posible. Para hacer esta
estimación anotad quiénes os gustaría que estuvieran presentes ese día para
celebrar con vosotros y haced un recuento.
Podéis
comenzar elaborando la lista de forma individual. Hay
quienes recomiendan que la cantidad que habéis acordado la dividáis a la mitad
para elaborar la lista. Pero otros expertos opinan que es más recomendable
calcular un tercio de la cifra; así tendréis un 33% de invitados por parte del
novio, otro 33% de parte de la novia y el resto para amistades comunes o
personas importantes para ambos.
Imagen de La coleccionista de Sensaciones
Hoy en
día no
se estila invitar por compromiso. En vuestro gran día ninguno de los
dos tendríais que ver a nadie por quien no sintáis aprecio. Pero si no queda
más remedio porque es hay alguien muy importante para tu pareja que no termina
de caerte en gracia, ubícala en una mesa alejada de la mesa presidencial.
También deberéis ceder un poco en esta cuestión si no sois vosotros los que
costeáis la boda.
También tendréis
que decidir si las parejas de vuestros amigos y familiares – y sus hijos – están
invitadas. Esta información se incluirá posteriormente en la invitación.
Existen
páginas web que os pueden ayudar con esta tarea, como Calista One, Bodas.net, Wedtool.com,… O podéis serviros del
siguiente diagrama para la toma de decisiones.
Imagen de Diario de la Novia
Si después
de todo esto veis que la lista es más larga de lo habíais pensado, tened en
cuenta a la hora de recortar que un 10-15% de los invitados de
vuestra lista no podrá asistir por diversos motivos.
Si hay
personas a las que apreciáis y que tenéis que dejar fuera de la lista por temas
económicos, aprovechad la despedida de soltero/a para compartir con ellos y
agradecerles el apoyo y el cariño que os han brindado durante vuestra relación.
Otra alternativa sería pedirles que os acompañen durante la ceremonia y otro
día, ya como matrimonio, invitarles a unas cañas.
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